Don Estivill veo que ya se desmonta usted solito...

Resulta que D. Estivill ha reculado ¡¡Vaya!! Ya no necesita que dediquemos días específicos para desmontarle... ¡¡ Lo hace él solito!!

[Las normas que explicábamos en 'Duérmete niño' eran para los niños a partir de los tres años que tenían el denominado 'insomnio infantil por hábitos incorrectos'. Estas normas no pueden ser aplicadas en los niños más pequeños por esta inmadurez de su reloj biológico.]

Nunca ha sido santo de mi devoción este ser, pero ahora siento un profundo cabreo, así tal cual, hacia su persona y su maldito método.

¿Qué hacemos ahora, Señor Estivill, con todos los niños menores de tres años que, hartos de llorar y llorar, se han dormido pensando que su madre nunca más aparecería? Me imagino un bebé, que no razona aún que aunque mamá o papá digan adiós, no se van para siempre, que llora en su cuna y nadie le consuela, que se harta de chillar... de repente se ha quedado solo, en un mundo que es demasiado grande y hostil, sus referentes y protectores le han dejado solo... y los llama, pero no aparecen, o aparecen y se vuelven a ir... y se muere de miedo, y llora, y espera, y piensa pero no entiende... se me cae el alma a los pies, lloro yo también, siento rabia y tristeza... me gustaría poder atender a todos esos niños que lloran y lloran y meterlos en mi cama a dormir...

¿A nadie se le ocurre pensar que lo NORMAL y lo NATURAL es que un bebé o un niño duerman con sus padres? Así se ha hecho desde el principio de los tiempos y así se hace en la mayoría de los países, porque el instinto lógico de los padres es el de proteger a su bebé, a su cachorro, de poder atenderle a la mayor brevedad si llora, de darle calor, de abrazarle, de tocarle, de verle sonreír entre sueños... Lo ANORMAL y ARTIFICIAL es tenerlo en otra habitación aparte... porque por más vueltas que le doy, no entiendo para qué puede querer un bebé una habitación para él solo... por muy grande y adornada que esté, por muchos colores pasteles que lleve la pared o por muchos peluches que rodeen su cuna.

¿Sabrá Don Estivill que los países donde el colecho es algo habitual no se conoce el Síndrome de muerte súbita porque, sencillamente, no ocurre?

¿Por qué cree, Don Estivill, que una madre se siente culpable cuando, sentada en el sofá, mira ansiosa el rejol mientras su hijo llora, deseando que pasen los dichosos minutos que le permiten su dichoso método para rencontrarse con su hijo? Quizás, porque el instinto natural de una madre sea abrazarlo, calmarlo, acunarlo, cantarle nanas, besarle... es instinto, contra eso no puede luchar ni Don Estivill, ni nadie...

Invito, de verdad, a todos los padres y madres del mundo a dormir con sus bebés, con sus niños, a sentir cómo balbucean en sueños, a saber qué se siente cuando al abrir los ojos por la mañana lo primero que ven son sus pequeñas criaturas pegadas a ellos, a dormirse juntos cantando una nana, a abrazarle cuando llora y pegarle a su regazo... es una experiencia incomparable, y si además, lo acompañamos de lactancia materna, mucho mejor :)

El colecho es un regalo maravilloso que nace el mismo día que tu hijo, no dejes que nadie lo estropee, ninguna persona ni ningún método absurdo.

Nota a Don Estivill: Si yo fuera usted, me sentiría muy muy culpable, de todos los bebés y niños que menores de tres años (y mayores) han sido víctima de su horrible método, me sentiría fatal. Por cierto, habrá observado que a lo largo de todo mi relato le he llamado de Don, es un mero formalismo, no se lo tome en serio, no creo en absoluto que usted se merezca tal título, es más, creo sinceramente que usted es un DON NADIE.